Se estima que 2,5 millones de españoles tienen algún tipo de cuadro depresivo y que en los últimos años hemos tenido un importante aumento de la prevalencia de la depresión a nivel mundial, siendo la primera causa mundial de discapacidad.
Con este día se pretende sensibilizar y prevenir a la población mundial sobre la enfermedad, cuyas cifras van incrementándose cada año a nivel mundial.
En los niños y adolescentes, la depresión tiene un gran impacto en su crecimiento y desarrollo personal, así como en el rendimiento escolar y las relaciones interpersonales, asociándose otros problemas como el abuso de alcohol y drogas, trastornos de las conducta alimentaria, aumento de la violencia y agresividad. En el caso de la depresión mayor, este se convierte en uno de los factores de riesgo más importantes para la conducta suicida.
De los trastornos depresivos, el trastorno depresivo mayor representa el trastorno clásico por excelencia. Se caracteriza por episodios determinados de al menos dos semanas de duración que implican cambios claros en el funcionamiento previo de la persona, donde el afecto, la cognición y las funciones neurovegetativas están afectados. En el caso de los niños y adolescentes, el estado de ánimo más frecuente puede ser irritabilidad, ansiedad, quejas somáticas, llanto inmotivado, cansancio excesivo, retraso psicomotor o dificultad en el desarrollo emocional, baja autoestima, apatía, disminución del rendimiento escolar, culpabilidad. Se debe considerar especialmente la diferencia entre la tristeza normal y la tristeza del episodio depresivo mayor.
Es importante en cualquier caso la asistencia especializada, para un oportuno diagnóstico y tratamiento.